No entiendo cómo pasó, pero aunque hasta ahora la felicidad había tocado a la puerta y no habíamos ido, al cumplir 29 ya entraste en ella y ¡vaya fila de enormes regalos que dios nos mandó, Montse del pasado!
Regalos a la distancia, comidas que dan abrazos, abrazos que dan plenitud, mensajes que regocijan el corazón, caminatas que dan gusto, saludos inesperados, llamadas que alegran, fiesta, risas, colores y mucho movimiento (pero primero lo primero, tocar base).
¡Qué cosa hermosa esta de vivir feliz! Las promesas se están cumpliendo y apenas empieza el camino.
El primer cumpleaños de una vida nueva y que se me colorea distinto (como que cambiamos los útiles y necesarios Mapita por unos flamantes Prisma Color).
Gracias Montse del pasado, te rifaste muchísimo y hoy llegaste a otro lugar. No sabes para dónde vas, pero al lugar que estás llegando es genial. Y el sitio en el que estás el 8 de febrero de 2021 (a las 10 de la noche) es uno libre, donde no hay peso sobre mis hombros, donde por fin tu cama es un remanso de alegría, cuidado y mi nido de crecimiento.
Si algún día regresa el dementor que se quiere llevar toda la alegría de nuestra alma, no temas, sólo detente y observa, obsérvate, espérate tantito, va a mejorar, resiste, no tarda mucho.
“Tarda en llegar y al final hay recompensas”, “y que los días te besen”.

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