Ir al contenido principal

Tuve que llorar para nacer

El 22 de mayo, producto de una campaña publicitaria, los puercos volaron por la ciudad de México. 

Tal vez es que últimamente todo lo tomo como una señal para mantenerme viva y disfrutar de la vida, o tal vez es que sí lo es pero me pareció una anécdota perfecta para coronar el día en el que comencé a tomar conciencia de mi, de mi estar aquí, en el mundo y en mi mundo.

La entrada de este post está relacionada con una canción del grupo colombiano Monsieur Periné, a quienes tuve el placer de conocer unos cinco años atrás, durante una época de cambio profundo en mi vida (como el actual pero menos intenso o no, eso no lo sé).

"Lloré" narra el complejo momento de reconocerse después de atravesar la tormenta. En su letra podemos identificarnos quienes tras un largo periodo de desazón empezamos a ver que eventualmente las frases motivacionales tienen sentido. 


Curioso, el mismo lunes de camino al refugio y al lugar seguro, caminé bajo una de las tormentas más grandes que he sentido y simbólicamente la atravesé con determinación y tranquilidad. Di espacio a mi cuerpo de sentir la lluvia y el granizo, caminé con firmeza y a sabiendas de que llegaría a un sitio en paz. 


Como canta Cata, "tuve que llorar para entender", tras meses de profunda confusión mi cuerpo logró sacudirse un poco. Logró colocarse
 en el planeta. 
Sí, "un mar de lágrimas lloré" pero nací. 

Porque si acaso es cierto que al final de todo esto sólo nos queda la experiencia, y puedo decirte que la mía es todo menos placentera, ahora mis recuerdos no son un grillete si no una cicatriz. Probablemente no esté del todo cerrada la herida y seguramente los malos momentos volverán, pero ahora ya sé cómo quiero estar y desde donde quiero vivirles. 


Esta entrada es esperanzadora, seguro si no te sientes bien no la entenderás, solo puedo decirte que lo estas haciendo bien, que vas por el mejor camino porque es el tuyo. Gracias por quedarte en el mundo, gracias por leerme y gracias porque estamos aquí.



Acá te dejo la canción.
Arriba quienes luchan.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Ver pa fuera

  Lo bueno de escribir es que siempre sale la emoción. Lo malo de escribir es que no le llega a quien quieres porque el mail está en desuso y las cartas murieron en mensajes de audio de WhatsApp que nadie escucha pero oye. Durante 30 años he levantado la voz y hacerlo desde este cuerpo, de mujer (que parece que se sabe defender) es cansadísimo.  Para decir que no compartes conmigo el pensamiento me dices que exagero y para explicarme tus actos denostas los míos. Si levanto la voz y digo lo que otras aun no pueden “estoy muy enojada” pero si no lo hago me quiero empastillar con dos cajas de actron. Me dices que me crees, que me acompañas y que me ayudas a cuidarnos en equipo, pero si te digo cómo aliarnos te sientes insultado por las medidas que te pido. Yo hablo aquí de lo mucho que me incomoda estar en un mundo con ellOs para poder regresar al mundo de todAs lAs personAs.  Pero cuando estoy escuchando qué hay que decir lo que no hay que callar, hablo de hechos tangibles ...

Los dos materiales que forman mi canto...

La voz en off decía que "quien tiene una abuela tiene un tesoro". Más que un tesoro, tiene la lumbre de las almas.  No sé qué pasa con la relación entre personas ancianas y pequeñas, tal vez que ambas están tan cerca de la muerte que se encuentran con los corazones más unidos. Mientras veía la cara de Herminia y escuchaba como se despedía de sus nietos, pude sentir las manos de mi abue Cris acariciando mis manos. Así, en silencio, como a veces veíamos la tele juntas. También estaba mi abue Lulú, ella sí que se me figuraba en la actriz, tan blanca, con sus hilos color de plata. En los últimos meses las extraño más, es que tal vez me estoy convirtiendo en la mujer que ellas veían en mí, lo que podía ser. Espero que sí. Lo que sé es que vivo las cosas que ambas habrían deseado. Fui a la escuela a aprender, mucho, no por un titulo, sino por saber. Con eso honré a mi abue Lulú. A ella que no la dejaron estudiar mucho me supo confiar nuestro secreto: "vive como tú quieras, t...

Con el perdón de las expertas: colores

¿Soy yo? ¿Sólo yo veo este color amarillo que inunda el comedor y que anuncia la llegada de un cielo gris. Gris como el color del pelaje de la rata que entró en la sala de mi casa el martes. Gris con fuertes estruendos que retiemblan en las ventanas. Ya viene la tormenta.