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Mostrando entradas de 2019

La mariposa vive. Larga vida a la mariposa

Tenía como 12 años, era verano y estaba en mi recámara viendo la televisión. En un canal pasaron una película de mujeres. Me quedé a verla porque se veía "de época" y porque iba empezando.  Sin saber a qué me adentraba conocí la historia de las hermanas Mirabal, en ese filme que hizo Salma Hayek.  Me hice feminista y no sabía que mis alas, que ya habían sido lastimadas, empezaban a curarse.  Desde entonces la vi todas las veces que pude. Empece a darme cuenta que algo no me sentaba bien, que la violencia que ellas vivían yo también todavía la sentía.  Por ese entonces también empecé a recordar más frecuentemente las manos que, en la oscuridad de las escaleras, tocaban mis piernas de niña.  El legado de Minerva Mirabal fue un pilar tan estable que hasta me caractericé como ella en una clase de inglés en la prepa para contar quién había sido.  El 25N de 2019, el espíritu de la mariposa volvió revoloteando en medio de la colectiva que formamos...

Me cansé, me puse a hacer

Me cansé de la quejas sin propuestas. Me cansé de la falta de posibilidades. Me cansé se de la falta de empatía excusada en ejercicio de la libre expresión.  Me cansé de la exigencia de justicia afuera sin hacérmela primero a mi.  Me cansé de pedir lo que no me doy.  Me cansé de la empresa colectiva que busca que reproduzca en mi la violencia estructural.  Me cansé de no parar.  Me cansé de la falta de tiempo. Me cansé de la broma insensible “porque así somos LOS mexicanOs”. Me cansé de construir.  Me cansé de dejar de tejer.  Me cansé de bajar la mirada.  Me cansé de dejarte entrar. Me cansé de sentirte dentro porque hoy solo entras y vives si YO quiero que sea así.  Me cansé de ser tu víctima. Me cansé de reaccionar desde mi miedo a dejar entrar algo diferente por verte en todas la caras, muros y paisajes. Me apropié de mi tiempo, de mi mente, de mi cuerpa, de mi fuerza.  Me responsabilicé de mis viol...

Estoy practicando

"Hasta aquí me quedo yo", dijiste, y por primera vez no quise despedirme. No te quería cerca.

Se desmorona

De pronto cuando empiezo a sentirme bien del descanso, cuando siento el viento y veo el sol apagarse, en total calma, asalta mi mente su recuerdo. De pronto siento miedo.

Me gustas frente al mar

Sólo desbloqueé el teléfono. Sólo eso bastó para verte. Tus ojos negros adornados por miles de pestañas. Estás de pie, seguramente ves de frente un paisaje tropical, lo sé por ese vestido que vuela tus caderas. Los velos envuelven tu figura, ese color blanco te va bien. Combinas con el verde de la ventana, con la enramada del leve arbolillo que se refleja en el cristal. ¿Cómo no vas a combinar? Tu lo haces con todo. ¡Maldita definición! siento que te veo, en primera persona. Que no es una foto. Siento que estoy contigo. Es el viento que sopla tu pelo el mismo que acaricia mi rostro. El mismo que revolotea bajo tu falda y me muestra la senda del delirio. Y después tus piernas. Tu piel morena blanqueada por el trabajo de oficina o tal vez por los pantalones de ciudad. Esa casa te enmarca bien. Fue creada para que te pararas frente a ella y alguien captara, sin toda justicia, tu belleza orgánica en este enero caluroso.