Hoy les quiero contar de una canción.
“Te doy una canción” me acompaña desde hace 10 años.
Conocí la guitarra de Silvio Rodríguez poco antes de entrar a la preparatoria. En esos días de tranquilidad e internet, cuando los primeros juegos y sueños de libertad empezaron a invadir mi cuerpo.
Durante los últimos días me recordaron que yo desde hace mucho soy todo menos insumisa, yo les puedo decir que es así porque la canción latinoamericana genera esos espacios mentales.
Mi historia con esta letra de Silvio es una que me traslada siempre a un parque de los suburbios. Una guitarra y dos niños jugando al amor.
Cuando yo me enamoré por primera vez de un compañero y el me amó. “Juntos atravesamos una puerta cerrada” dice Serrat.
Yo tenía 16 años cuando le vi en el claustro del colegio. Me pareció interesante y solitario, justo como un regalo que quieres conocer. Al pasar de las semanas logré que me conociera. Una niña que se sentía parida por Rigoberta Menchú, Mercedes Sosa y Violeta Parra se enamoró del futuro ingeniero exitoso.
Descubrimos las letras acompañados y de pronto un día el me amó. Nos amamos mucho antes de si quiera hacer el amor. Nos amamos como se hace la primera vez, con miedo pero con mucho instinto.
¿Qué sabíamos nosotros de las complicaciones de un relación? Nosotros sabíamos de platicar horas y cuentas de teléfono excesivas. Sabíamos de los deseos y anhelos del otro. Sabíamos recostarnos bajo un árbol y permanecer horas queriéndonos.
Después de un lustro alejados puedo recordarle con la admiración y cariño de la primera vez. Y claro que me resuena la letra “cómo gasto papeles recordándote y cómo me haces hablar en el silencio” “cómo pasa el tiempo que de pronto son años sin pasar tu por mi detenido”.
He pensado que en este aniversario luctuoso de nuestro cariño la vida es muy diferente. Yo siempre quise decir las cosas y con mis letras explicarle a las personas los sucesos del mundo, el siempre quiso crear e innovar con su inteligencia matemática.
En realidad yo sé que lxs demás “no te conocen ni te sienten” pero yo sé quién es él, o quién era, antes de cubrirse con velos que me parecen imposibles de retirar.
Lo cierto es que con el tiempo valoro más aquellos años de largas plátiicas y música en los salones de clase. Las horas de juegos de mesa con lxs amigxs y caminar sin rumbo pero agarraditxs de la mano.
Hace unos días escribía que no le extraño y es cierto, no lo hago, pero cuando Silvio se asoma en el dintel la cosa se va al traste y le pienso. Le pienso con cariño y me gustaría que por un momento, todo volviera a ser como 10 años atrás…
“Te doy una canción”, escrita en 1978, es probablemente una más dedicada a la revolución cubana. Pertenece al álbum “Mujeres” del cantautor cubano y es, sin duda alguna, un poema que me encanta.
Acá les dejo este retazo de historia y un pedazo de canción.
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