Sólo desbloqueé el teléfono. Sólo eso bastó para verte. Tus ojos negros adornados por miles de pestañas. Estás de pie, seguramente ves de frente un paisaje tropical, lo sé por ese vestido que vuela tus caderas. Los velos envuelven tu figura, ese color blanco te va bien. Combinas con el verde de la ventana, con la enramada del leve arbolillo que se refleja en el cristal. ¿Cómo no vas a combinar? Tu lo haces con todo. ¡Maldita definición! siento que te veo, en primera persona. Que no es una foto. Siento que estoy contigo. Es el viento que sopla tu pelo el mismo que acaricia mi rostro. El mismo que revolotea bajo tu falda y me muestra la senda del delirio. Y después tus piernas. Tu piel morena blanqueada por el trabajo de oficina o tal vez por los pantalones de ciudad. Esa casa te enmarca bien. Fue creada para que te pararas frente a ella y alguien captara, sin toda justicia, tu belleza orgánica en este enero caluroso.