"Que me diga algo, ni le estoy hablando a esa, pinche vieja fea, no le estoy haciendo nada ¿qué me va a hacer?", dijo esto y todo mi cuerpo (cuerpa) se estremeció. Quise caminar con rapidez, pero también quise que supiera que no me importa lo que opina, lo que quiere. Recordé cómo empecé el día. Desperté tarde, de nuevo. Me vestí de negro, casi siempre lo hago, pero hoy fue con intención, estoy de luto, estoy de lucha. Me amarré la pañoleta verde de la campaña por la despenalización del aborto, un regalo por demás hermoso. Me puse las botas de batalla y corrí a la redacción. Prendí el primer cigarro mientras escuchaba en el radio que las movilizaciones feministas en España habían congregado a millones de mujeres en una huelga. Se me llenó el corazón. Pensé en mis hermanas que viajaron a Chiapas y aprenden y se aprehenden. Puse todo mi empeño en trabajar con seriedad las notas corespondientes a este día, al final, una siempre es feminista. Siempre es en lo que cree. Despué...
Espacio autónomo de intervención personal. Básicamente un diario público