A las 6:42 me hiciste falta, Karen, apenas pude recordar tu nombre cuando me dispuse a escribir estas letras. Te colaste ayer entre las noticias que releía en muros electrónicos interminables. Como todos los días hice de tripas corazón y no me fijé en el encabezado o en la fotografía que compartían, no es que no me importes, es que no puedo una vez más verme muerta en tu rostro, verme mutilada, violada, vejada, asesinada.
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